Entiendo como MOROSIDAD DELIBERADA la que practican aquellos morosos que nunca tuvieron intención de pagar sus deudas o la de aquellos otros que pudiendo pagar, en algún momento deciden no hacerlo por razones puramente defraudatorias.
Este tipo de morosidad no es la MOROSIDAD SOBREVENIDA del que queriendo pagar no puede hacerlo por diferentes circunstancias vitales o económicas, ni el FRAUDE que aparece con frecuencia escondido dentro de la morosidad porque la empresa acreedora no ha sabido aflorarlo en el momento del análisis de riesgos de la operación crediticia. Es el fraude que realizan algunas personas o empresas con sus identidades o razones jurídicas verdaderas y que a veces resulta complejo esclarecer si las empresas acreedoras no son capaces de intercambiar información.
La MOROSIDAD DELIBERADA constituye el inicio de muchas actividades fraudulentas profesionalizadas que terminan causando graves perjuicios a las empresas financieras, por lo que conviene controlarla con mucho más cuidado, para lo que resulta necesaria la colaboración de todo el sector financiero a través de la utilización de plataformas tecnológicas comunes contra el fraude, basadas en el intercambio de información.
Para ello han de modificarse los actuales modelos de comercialización del crédito, exigiendo el CONSENTIMIENTO del solicitante para que las entidades puedan verificar sus datos con los existentes en las bases de datos de prevención del fraude del sector financiero.
Fabián Zambrano Viedma
Responsable del Servicio de Prevención del Fraude